En los últimos años, la práctica totalidad de la población mundial viene respirando aire contaminado que incumple los estándares recomendados por la OMS (Organización Mundial de la Salud) por esa razón es tan importante mejorar la calidad del aire que respiramos. Las últimas estimaciones globales de la OMS sobre la repercusión sanitaria de la contaminación atmosférica son muy preocupantes y elevan hasta cerca de medio millón las muertes prematuras anualmente en los países europeos por la mala calidad del aire, en primer lugar por la exposición a PM (material particulado), que en función de su tamaño pueden incluso llegar al riego sanguíneo, en segundo lugar, por la exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) y finalmente por exposición a ozono troposférico que es causado por la existencia de los elementos volátiles (VOCs) en el aire, ya que éstos son precursores de la generación del ozono contaminante.

El origen de este problema en nuestras ciudades se encuentra principalmente en las emisiones originadas por el trafico motorizado, las causadas por las calefacciones, así como las ocasionadas por el tráfico marítimo y aéreo en aquellas ciudades que disponen de puerto y/o aeropuerto próximo.

Por otro lado, la epidemia provocada por la aparición de la COVID-19, ha puesto de manifiesto, la necesidad de dotar a la sociedad de productos destinados a garantizar la higiene y la seguridad, como son los productos hidroalcohólicos y las mascarillas, que se han vuelto de uso cotidiano, y por otro lado la de crear espacios seguros donde se pueda combatir la presencia de elementos patógenos (virus, bacterias y hongos).

A pesar de que la vacunación que se está llevando a cabo garantiza una protección muy elevada del SARS-CoV-2, no consigue una protección del 100%, ya que existen casos de personas vacunadas que se han contagiado de Covid, y, por otro lado, las mutaciones del virus reducen las posibilidades de eliminar la presencia de éste, con lo que las medidas de higiene y desinfección deberán seguir tomándose en el futuro.
Como demuestran estudios recientes, los efectos del cambio climático tienen incidencia directa sobre la presencia de nuevos virus. Un reciente estudio de la Universidad de Cambridge desvela porque el que el cambio climático habría influido en el surgimiento del SARS-CoV-2 y su paso de animales a humanos, ya que según este estudio, el calentamiento global y el incremento de gases de efecto invernadero han provocado cambios en la vegetación que han permitido a especies como los murciélagos, cuya presencia está asociada a un mayor número de coronavirus, extender sus hábitats y vivir en nuevos territorios.

Según otro estudio reciente, tres de cada cuatro nuevas enfermedades en humanos tiene un origen zoonótico (gripe aviar, ébola o, cómo no, la propia COVID-19).
Se trata en todos casos de enfermedades causadas por patógenos que inicialmente afectaban a otras especies y se las han ingeniado para saltar hasta los humanos y provocar epidemias.

Todo esto, nos hace pensar que la aparición de nuevos virus será un hecho habitual en nuestras vidas, y a parte de luchar contra las causas que producen el cambio climático, habrá que combatir los efectos causados por éste, y entre estos efectos está la aparición de nuevos virus. Una muestra de esto son los nuevos brotes de Hepatitis en los menores de 6 años, producidos por el Adenovirus, que se transmite por el aire y provoca el desarrollo de la Hepatitis.

Para combatir los efectos de la contaminación del aire, desde Safeinnova® se ha diseñado un dispositivo capaz de reducir la presencia de PMs, VOCs, y de patógenos mediante la generación de radicales hidroxilos. El Radical Hidroxilo (OH*) es una potente sustancia purificadora que se genera en la naturaleza mediante la luz solar, el ozono y la humedad en el aire, es uno de los gases más reactivos de la atmósfera, de hecho, es el segundo desinfectante natural más potente después del flúor y mucho más potente que el ozono, sin embargo, a diferencia de estos, el radical hidroxilo no es tóxico, ya que se acabará descomponiendo en agua y oxígeno (H2O y O2), por lo que permite convivir con el equipo en funcionamiento 24/7.

Su tecnología específica está basada en los procesos de oxidación avanzados (POA), mediante la cual logra generar y emitir al ambiente los Radicales Hidroxilos a partir de la ionización de peróxido de hidrógeno.

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